Actualmente, la provisión de medicina es uno de los aspectos que produce más inequidad en el mundo. En ese contexto, la telemedicina, es decir, la prestación de servicios médicos a distancia está teniendo un gran impacto a la hora de entregar atención a pacientes que lo necesitan.

Su origen está firmemente ligado al de las telecomunicaciones. Se considera que la aparición del telégrafo, que permitió el envío de información a distancia por medio de señales electromagnéticas a principios del siglo XIX, marca el inicio de esta práctica cuando se puso en funcionamiento este aparato para solicitar suministros médicos y reportar las bajas y heridos en el campo de batalla durante la Guerra Civil de Estados Unidos.

Aunque el concepto de telemedicina puede parecer reciente y relacionado con la globalización de las comunicaciones y el desarrollo de Internet, la realidad es que se viene trabajando en este tema desde hace algunas décadas y su utilización ha experimentado un desarrollo exponencial en el último año, producto de la pandemia por COVID-19.

Este recurso se basa en la utilización de las tecnologías de la información y comunicación como medio para llevar servicios médicos a través de llamadas telefónicas tradicionales, mensajes de texto, uso de computadoras y celulares a lugares remotos y evitar asistir de manera presencial en los casos que se pueda.

Chile es uno de los países que se encuentra a la vanguardia en esta materia a nivel latinoamericano, gracias al trabajo colaborativo de instituciones de salud públicas y privadas, las que en su gran mayoría se han alineado con diferentes universidades para brindar mayor cobertura y atención especializada a personas aisladas.

Hasta hace un tiempo atrás costaba imaginar que un paciente de una localidad aislada del país, sin alejarse mucho de su hogar, pudiera tener acceso a tratar su enfermedad con un especialista a través de un dispositivo móvil. Actualmente, la práctica de la telemedicina para el diagnóstico, tratamiento, supervisión y consulta de segunda opinión es una realidad que llegó para quedarse y para seguir evolucionando para mejorar la salud de la población.

Dentro del ámbito asistencial, la teleconsulta abarca los cuidados de salud, educación, servicios de administración e información médica y puede emplearse en varias áreas de la medicina como radiología, cardiología, encefalografía, neurofisiología, dermatología, oncología, oftalmología, pediatría, psiquiatría, terapia intensiva, trauma, medicina de urgencia, cirugía, rehabilitación, asistencia a domicilio, entre otras.

¿Cómo son las teleconsultas médicas?

La teleconsulta es la interacción que ocurre entre un médico y un paciente a través de medios electrónicos o telemáticos con el fin de proporcionar asesoramiento diagnóstico o terapéutico.

- Si estás considerando utilizar esta alternativa, debes agendar tu hora médica con prestadores de salud que cuentan con esta metodología.

- Posteriormente, te llegará un enlace por correo electrónico para acceder a la reunión virtual a la hora y día acordado.

- Asegúrate de tener en casa un espacio libre de ruidos, con buena conexión a Internet, un computador o dispositivo móvil con capacidad de audio y video para comunicarte con tu médico.

- Cuéntale al médico lo que te aqueja como si estuvieras con él presencialmente.

- Una vez finalizada la teleconsulta, en caso necesario, recibirás de tu doctor órdenes de exámenes y recetas simples, las que cumplen con todas las medidas de seguridad para resguardar tu información.

Estas innovaciones en salud digital no solo están abriendo oportunidades para ayudar a médicos y otros cuidadores de los sistemas de salud a acercarse a los pacientes, sino que también a maximizar los recursos en beneficio de las personas.

*El contenido de este artículo sólo cumple la función de informar, no sustituye ni reemplaza el consejo y/o las órdenes del médico tratante relacionadas con su salud, tratamiento o medicamentos que hayan sido recetados.

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